viernes, 19 de marzo de 2021

La Cinta

En esta ocasión vamos a contar la historia de como La Primera Cinta llegó a mi vida,  como este artilugio, completamente obsoleto, aún en estos tiempos de los contenidos en la nube, no me ha abandonado.

Para empezar vamos a ponernos en situación, y para ello, pues creo que todavía no te lo he contado, la historia de la llegada de mi queridísimo microordenador C64 modelo C, el cuál, vino a marcar mi vida ochobitera para siempre.

Descubrí los ordenadores en el colegio, existía una clase de informática en el que aproximadamente habría unos diez ordenadores. Unos flamantes Olivetti M24, con dos disqueteras de cinco un cuarto y unos bonitos programas educativos. Era toda una experiencia de nerviosismo e ilusión, que una de las clases nos la ‘saltáramos’ para ir a ‘jugar’ con esos trastos casi de ciencia-ficción. De hecho era muy pequeño quizás unos siete u ocho años. 

Olivetti M24 (1)

Cuando fui algo mas mayor, once años mas o menos, el colegio comenzó a impartir unas clases de programación en Basic, abriendo mi mente al fascinante mundo de la programación. Tenían dos partes, unos días se daba la parte teórica donde se explicaban los comandos del lenguaje, y otra práctica, en la anteriormente mencionada sala de informática. Por supuesto esta hora era para todos mucho mas interesante. A través de estas experiencias es cuando tuve claro a lo que dedicaría toda mi vida… Pero eso es otra historia…

Mi primer libro de informática 

La semilla ya estaba plantada, pero un segundo evento acontece unido al anteriormente mencionado. Todos días iba y venía por el mismo camino al colegio, casi al llegar a la escuela existía una papelería que solía colgar varias revistas en su puerta, ese día no sé por qué, repare en una revista: Micromanía, concretamente el numero 10. ¿En todos los artículos va a aparecer la dichosa revista? Sí me temo que en la mayoría, junto con la recreativa de turno. Lo sé me repito mucho… 

Mi primer número de Micromanía, solo para adictos.
Vaya sobrenombre, los ‘locos’ ochenta. 

Sinceramente creo que lo hizo por la portada del Saboteur. Por aquel entonces cualquier crío de mi edad estaba obsesionado con los ninjas. Esta revista me abrió la mente al universo, hasta entonces desconocido para mí, de los videojuegos. Me convertí en un ávido lector de la revista, que primero ojeaba, luego leía y a continuación volvía a releer hasta el mes siguiente. La consecuencia inevitable fue el deseo fervoroso de un ordenador, si entonces todos los llamábamos ordenador. Tras ello comenzó la campaña ‘quiero tener un ordenador’, con los consabidos eslóganes, ‘Sirve para estudiar’ y ‘¡Hay que aprender informática! ¡Es el futuro!’. Aunque creo que a mis padres no les convencía mucho, pues me veían devorando las revistillas esas de los juegos, y leyendo poco o nada los libros de colegio. 

Mi opción de ordenador fue clara desde un principio, un Spectrum +2 ¿Por qué? Te estarás preguntado… La respuesta es muy sencilla, por puro egoísmo. Tenia un vecino en mi bloque con el que pasaba tardes enteras jugando con su Spectrum +, por lo tanto era la consecuencia lógica, sobretodo por el intercambio de juegos.

Spectrum + de Investrónica y sus 'famosos' 64K.(2)

Existía Amstrad, pero lo consideraba muy caros y con pocas posibilidades de compra. Esto es consecuencia de que era una de las excusas de mis progenitores, el excesivo precio de los mencionados artículos.

Commodore no lo conocía, es verdad que en la  Micromanía venían anuncios, e incluso revisiones de alguno de sus juegos, pero no recuerdo reparar mucho en él. El cerebro es así supongo, si no lo buscas, se obvia. Recordemos que a mediados de los ochenta en España, no había mucho mas que las revistas, los compañeros del colegio, y vecinos, para obtener información de este nuevo mundo. Existían otras maquinas muy raras, pues eran de marcas como Philips o Spectravideo, con las que programaba pequeños programas en Basic en algunos grandes almacenes. Mucho tiempo después caí en la cuenta… Eran MSX. 

Tras un año de acoso a mis pobres padres, allá por 1987, mi padre apareció en casa con una caja blanca en la que se podía leer Commodore con un gran 64 en rojo. Entre confundido e ilusionado abrí la misma empezando una amistad que dura hasta hoy en día. Aun conservo la máquina, que tras mas de 30 años sigue funcionado correctamente.

¿Por qué fue un Commodore y no el añorado Spectrum +2? Pues porque el destino conspira contra ti. Mi padre fue a la única tienda de informática que conocía y esta tienda era oficial de la marca Commodore.

La caja por desgracia no la conservo. Pero rebuscado en 'la internet' se haya…(3)

Hay que reconocer el mérito de nuestros padres, pues en muchos casos, compraron un aparatejo que no sabían muy bien para que servía, pero quizás si intuían la revolución de lo que estaba por llegar, de hecho, por lo menos en mi caso, me ha servido para incluso ganarme la vida de forma honrada. 

El equipo no vino sólo, si no con otra caja a su lado: Datacasette 1531.
Curiosamente en negro. Esta caja si es la original.

Aunque no te lo creas, me leí el libro de instrucciones para aprender a conectarlo, tenía miedo de no enchufarlo correctamente rompiéndolo. Pronto descubrí cómo y dónde se conectaba todo, pero el Datacasette estaba en su sitio, pero no había nada para dejar en su interior…

Por suerte, mi progenitor lo tenía todo previsto, me dijo que en un par de días iríamos a la tienda donde lo compró, pues el dueño le había comentado que le regalaría una cinta con algunas cosas para cargar en el ordenador.

Esos dos días pasaron rápido pues yo seguía en una nube, leyendo el escueto manual del C64. Probando algunos comandos que conocía de los cursos de Basic de la escuela, algunas veces frustrado, porque pronto descubrí que muchos de ellos no funcionaban en el Commodore. Pero aún así continuaba muy emocionado, los pequeños ejemplos del manual me sorprendían gratamente. La emoción del programa ‘Sube, sube y aléjate’ o los efectos sonoros del SID, o incluso el programa con la simple tonadilla de rock.

Este manual ha tenido mucho trote... Y se nota.


Y llegó el día...

El local en cuestión se encuentra al final de la calle Mayor o al principio, dependiendo desde donde comencemos su recorrido. Al principio si empezamos desde la Plaza de los Santos Niños, o al final, si por el contrario comenzamos desde la Plaza Cervantes.

El comercio en cuestión se llamaba Computerma. La tienda se abrió en el bajo de un edificio de una única planta, no llamaba la atención, de hecho si no te fijabas en su pequeño escaparate, pasaba desapercibida. Al entrar se accedía a una especie de recibidor. Se notaba que realmente era el portal de la casa y se había aprovechado su planta baja como local comercial. Cruzar su puerta, siempre me provocaba emoción, prácticamente cualquier tienda de informática como el Diox ochobitero manda, me emociona. No sólo la emoción de entrar en un sitio donde se vendían esos maravillosos y deseados cacharros, si no, también el olor. Un aroma a plástico nuevo, un poco recalentado, con toques de humo de tabaco, recordemos que en esa época se podía fumar en cualquier sitio. Como iba contando, nada mas cruzar su puerta, en la parte izquierda, tras el escaparate mencionado, el mostrador donde se atendía a los clientes. En frente de éste, bajando un par de escalones, se abría el resto de la tienda. Estrecha, con dos mesas corridas en ambas paredes, aquí estaban expuestos los equipos en venta. Curiosamente en los momentos de los micro ordenadores no recuerdo que aparatos se exponían. Tras la compra del C64, entraba en la tienda para comprar algún que otro joystick tras la rotura del anterior, o adquirir alguna cinta para grabar mis cosas. Estas cintas dan para mas de un artículo, por lo tanto lo aparcamos para el futuro. Tampoco recuerdo la recogida de La Cinta en cuestión, pero sí su contenido muchas veces cargado, alguno mas que otros, pero no adelantemos acontecimientos.

La Primera de muchas...

Como cualquier niño me dio por dibujar una 'carátula' para ella.
Se puede comprobar que tampoco era, ni soy, un Velázquez.

Poco a poco voy a desgranar mi primera cinta, comencemos.

Turbo 64, el santo grial del "cintista".

El primer programa que nos aparece en la cinta es una utilidad, la utilidad Turbo. Hasta pasado mucho, mucho tiempo, no averigüe que estas utilidades eran para grabar de una forma 'diferente' los programas, y éstos por contra, cargan de una forma mas rápida, pues le da un formato comprimido que el propio Turbo se encarga de descomprimir y transferirlo a la memoria de nuestro Commodore.


Vista la captura anterior, debí ser instruido en la tienda del uso del mismo, pues siendo un infante, en inglés, materia siempre pendiente, no creo que acertara a saber que era lo siguiente que debía hacer. Salvo pulsar “return”, pues es lo que se menciona abajo de la pantalla, tras la multitud de opciones. Volviendo a repasar las opciones, solo creo haber usado '<-L' (Ya se que es la fecha del teclado del Commodore, pero no encuentro su análogo en el teclado del PC), pues nunca grabé nada con esta utilidad. Poco mas contar de este programa, solo que otras cintas con algunas 'copias de seguridad' de juegos, este programa, en diferentes versiones, siempre aparece el primero de la cinta.

Empezamos la carga

Kwasaki, el músico 'divertido' que todos llevamos dentro.

Recuerdo que la primera vez que cargue este programa quede bastante desilusionado. Ante mi se muestra un teclado muy cutre simulando una tercera dimensión, mientras, encima del mismo, una serie de líneas aparentemente aleatorias se dibujan, mientras por el altavoz del televisor, suena la base de Thriller de Michael Jackson...

Pantalla principal... Y casi única.

¿Y ya está? pensé. Pues sí amigos no hay mucho mas. Recuerdo tocar alternativamente una a una todas las teclas para comprobar donde se encontraba el teclado del piano que se me mostraba en pantalla. Al conseguir acertar con alguna de ellas, las líneas cambiaban de color o formaban distintos dibujos. Por ultimo pulsando 'RETURN' muestra todas las posibles funciones del programa.

Multitud de opciones, poco o nada atrayentes para mí.

También anduve toqueteando cada una de las opciones hasta conseguir chirridos irritantes, o directamente dejar de escuchar nada.

He de reconocer que me decepciono bastante, nunca he tenido oído para la música y no me he sentido atraído hacia su composición. Para mi siempre ha sido un mero divertimiento, escuchar canciones y dar mi opción sobre si me gustaban o no.

Este programa lo analizamos en RetroKiosco número 3. Leyendo la revista, pude enterarme de que el susodicho, es un mero entretenimiento para hacer tus propias 'actuaciones multimedia'. Interpretando tus melodías mientras el programa muestra diferentes figuras según lo que le sugiere la música.

Popeye. Una conversión mas que digna.

Cuando cargue por primera vez este programa inevitablemente pensé en el héroe adicto a las espinacas, pero realmente no tenía ni idea de que juego o programa se trataba. El programa carga, el motor del Datacasette se detiene, y el cursor pardea esperado nuestra siguiente orden. Para los programas de carga Turbo hay que iniciarlos con un sencillo ‘run’ para que el programa recién transferido a memoria se ejecute.

Pantalla muy austera. No da pistas de que programa se trata.

Mi sorpresa fue mayúscula cuando al pulsar 1 aparece en la pantalla el primer nivel.


Lo reconocí al instante, es la la conversión del arcade. Inmediatamente se produjo en mi mente la consabida frase: “Es como en la máquina”. De hecho este arcade lo jugué bastante en el salón recreativo de Guadalajara llamado ‘Ju Ju’ (no es que me haya dado un ictus, ese era su nombre).

La conversión realizada para C64 es mas que correcta. La jugabilidad se encuentra intacta, recreando perfectamente sus tres fases. Los personajes son completamente reconocibles, siendo grandes y bien definidos. Entiéndase estamos en un C64 y el juego es del 84.

En el primer nivel recogemos los corazones mandados por Olivia antes de que lleguen a la parte inferior de la pantalla donde se romperán, perdiendo una de nuestras vidas. Estos corazones se van acumulando en un casillero en la parte superior, cuando todas las casillas están rellenas pasamos a la siguiente fase.

Brutus, como enemigo principal, nos perseguirá por todas las plataformas, buscando a Popeye de un lado a otro. Me gustan mucho los gráficos de como observa de un lado otro, moviendo su enorme corpachón, saltando si cree que estamos en la plataforma de arriba, o tumbándose y estirando el brazo, si por el contrario estamos en una plataforma inferior a la suya. También nos lanza botellas si nos encontramos en su mismo nivel. Este personaje tiene una pequeña inteligencia, haciendo bastante complicado deambular por los niveles, pues nos sigue donde quiere que vayamos subiendo y bajando escaleras a voluntad, complicando sobre manera recoger los ‘items’ lanzados por Olivia.

Brutus lanza botellas a la mínima.

Nuestro protagonista Popeye puede defenderse solo de los botellazos de Brutus, o de la Bruja, con sus puños, aunque es bastante complicado, pues suele lanzarnos bastantes seguidas, aprovechando el  momento para alcanzarnos. Otro enemigo es la Bruja, aparece en los bordes de la pantalla también lanzando botellas, pudiendo hacerlo desde ambos lados a la vez, situación esta muy complicada, pues suele combinarse con Brutus en la parte inferior o superior del nivel donde nos encontramos.

Las tornas cambian cuando tomamos nuestra espinacas.

Como ayuda tenemos una lata de espinacas. Aparece en uno de los lados y sube y baja como en un ascensor. Si se consigue, la música cambia a la todadilla típica de la serie de dibujos animados, pudiendo soltar un buen puñetazo a Brutus, mandándolo volando a la parte inferior de la pantalla. Un detalle original, es que una vez recibido su merecido, Brutus aparece asomándose desde la parte inferior derecha de la pantalla por donde desapareció. Por último otra original trampa nos ayudará a finalizar este difícil nivel. Una jaula que se precipitará sobre nuestro némesis, si encuentra debajo claro, dando un puñetazo a un ‘punching ball’ situado a tal efecto. Si la jaula cae, Brutus quedará por unos instantes donde está, con la jaula sobre su cabeza, pudiendo pasar junto a él sin que nos zurre. Por último la música, la cual, siempre he asociado al arcade puro.

Brutus atrapado en la trampa

En el segundo nivel pasamos desde el interior de la casa al exterior del edificio. El fondo, plataformas y escaleras cambian, pero la mecánica del nivel es la misma. En este caso Olivia, desde la azotea, lanza notas musicales que debemos recoger antes de que lleguen al fondo de la pantalla, apuntándose esta vez, en una especie de partituras en la parte superior de la pantalla. Brutus sigue siendo nuestro enemigo principal y la Bruja de nuevo aparece lanzando sus temibles botellas. Nuestras adoradas espinacas también aparecen como en el anterior nivel. 

Segundo nivel. La luna sonríe con el pícaramente.

Como nuevo personaje, aunque estático, aparece Pilón (así llamado en España), con su eterna hamburguesa en la mano, al lado de una especie de balancín. Si nos precipitamos hacia él desde una de las plataformas, seremos rebotados hacia arriba cayendo en uno de los pisos superiores, según choquemos con una pequeña plataforma que sube y baja en la parte superior. La música cambia a otra tonadilla, así como, el efecto especial de recoger una nota musical lanzada por Olivia.

Popeye escapa de Brutus a través del balancín.

Brutus también puede usar el balancín de Pilón.

Curiosamente este nivel siempre me ha parecido mucho mas fácil, pues teniendo mas escaleras ‘rápidas’ que el malvado Brutus no puede usar, nos da mucho mas juego para evitarlo y recoger las preciadas notas musicales, aunque hay que tener cuidado, porque Brutus si puede usar el balancín de Pilón, persiguiéndonos hasta niveles elevados que parecían inalcanzables al principio para él.

Tercer y último nivel.

El último nivel volvemos a cambiar de localización, en este caso un barco. Nuestra querida Olivia se encuentra en lo alto del palo mayor, probablemente raptada por Brutus, lanzando esta vez ‘Socorros’ (Help!), debiéndolos recoger. Esta vez por cada socorro recogido se va formando una escalera hasta alcanzar a Olivia. Nuestro eterno rival Brutus, continua haciendo de las suyas, persiguiéndonos por todo el barco para darnos una paliza. A parte de la Bruja, otro enemigo se les une, un pajarraco que deambula volando por todo el escenario con las consabidas nefastas consecuencias para la salud de nuestro personaje si nos encontramos con él. 


El nivel posee una plataforma que se mueve de un lado a otro en función de si pisamos la misma, transportándonos de un lado a otro del piso superior. La música vuele a cambiar, por una mas ‘marinera’ aunque puede ser mi impresión por eso de un escenario marino.

El nivel siempre se me ha hecho mas complicado, pues tenemos que usar las mismas escaleras que Brutus, aunque tenemos la oportunidad de escapar por uno de los huecos de algunos pisos, unido a la mayor frecuencia de aparición de la Bruja, sin olvidar al pájaro que suele volar en diagonal directamente hacia nosotros. También tenemos la ayuda de nuestras sabrosas espinacas para proporcionarle un buen sopapo al pesado de Brutus. 

El escenario del barco aunque muy esquemático y sencillo siempre me ha parecido muy divertido, con el detalle del ancla y esa ¿cara? Sonriente en la proa del barco.

La cara nos sonríe.

Cuando se recogen todos los 'socorros' de Olivia, la escalera aparece completa, pero no existe una escena final de salvamento, en su defecto, la acción se detiene sonando una música de victoria que no es ni mas ni menos que de nuevo la canción de la serie animada. Una vez finalizada, volvemos a empezar en el primer nivel pero algo mas difícil.

Por fin podemos rescatar a Olivia... Pero por cuanto tiempo.


SuperHero. Rescatando mineros en apuros… ¿O son espeleólogos?

De todos los programas de La Cinta, este es mi favorito. Recuerdo la primera vez, tras ejecutarlo tecleando el consabido ‘run’, aparece directamente en la pantalla una demo. En ella un personajillo muy esquemático, con una mochila autopropulsada por aspas cual helicóptero, deambula con una velocidad vertiginosa por unas cuevas, rompe muros a cartuchazos de dinamita, mientras lanza rayos láser, como Ciclope, por lo que  parece un casco.

La demo de juego te enseña sus virtudes.

Esta demo me enganchó desde el primer momento, recuerdo la primera partida… Nuestro héroe baja volando por el pozo hasta situarse cerca del suelo, mientras suena un sonido parecido a las aspas de un helicóptero. Tras mover el joystick a la derecha nos topamos con una pared y ésta no nos deja pasar. Primer impedimento, yo he visto en la demo como nuestro personaje enciende un cartucho de dinamita para derribar la pared… Pero… ¡No se como se hace! Tras pulsar teclas al azar y deambular volando arriba y abajo, por pura casualidad, cuando estoy cerca de la maldita pared, acciono la palanca hacia abajo. Entonces tras un sonido como el de rascar una cerilla, un cartucho de dinamita se enciende, espero unos segundos y éste explota derribando la pared, junto con una de nuestra preciadas vidas. El personaje, inmóvil, parece mirarme decepcionado por mi estupidez, mientras un sonido irritante, parecido a los primeros timbres de los teléfonos móviles, suena.

Comienza el salvamento.

En lo mas profundo de la cueva encontramos a nuestro atrapado minero.

En general es un juego es muy adictivo, donde recordar el camino a seguir, y los bichos de cada pantalla es imperativo. Aunque los gráficos pueden parecer esquemáticos, la atmósfera conseguida es increíble, pudiendo sentir el ambiente claustrofóbico del interior de las grutas.

Un callejón sin salida.

Como he mencionado anteriormente para completar la cueva es fundamental recordar los posibles caminos, pues en algunos niveles hay varios. La primera vez que nos enfrentamos a un gruta, a menos que la suerte te acompañe, la elección de un posible camino nos llevará inevitablemente a un callejón sin salida, o en peor de los casos a una trampa, con un bicho esperándonos, tierra roja venenosa, o incluso agua. 

Varios caminos ¿Cuál escoger?

Las dificultades no acaban aquí, pues tenemos un límite de tiempo. Una barra menguante en la parte inferior de la pantalla representa la energía que nos queda, su fin, nos llevará a la perdida de una de nuestras vidas. Por otra parte las cargas de dinamita también son finitas. Estas cargas nos sirven para derribar rápidamente las paredes que se nos impiden nuestro avance hacia el salvamento. No tener mas cargas no implica no poder avanzar en la cueva, podemos destruir el muro con el láser de nuestro casco, pero con esta técnica tardaremos bastante mas, con la consabida pérdida de tiempo. Por cierto este arma puede servirnos para acabar con algún que otro bicho molesto de las cuevas, pues muchas veces no nos dejan pasar por el túnel, o hacen el camino de descenso mas difícil de lo esperado. 

Nuestro héroe ha roto uno de los focos de la gruta.

Por último, solo mencionar el gran detalle de romper los focos que se encuentran en algunas grutas. Si éstos se rompen, por accidente algunas veces, o de forma inevitable, pues están colocados en lugares estratégicos de nuestro vuelo, la pantalla se “apaga”. En este momento solo vemos a nuestro personaje, y enemigos en tonos oscuros, no sabiendo si lo que tenemos bajo nuestros píes es un foso o tierra firme. Esta oscuridad desaparece momentáneamente si rascamos uno de nuestros fósforos para encender uno de los cartuchos de dinamita... 

Grandioso detalle del cartucho encendido en una instancia a oscuras.

Una de las 'trampas mortales'.


Ski. El difícil y arriesgado slalom. 

"¡¡Bienvenidos a una nueva edición del Commodores Slalom!!"

"Como cada año se celebra en Nagano la carrera de esquí mas importante del mundo ochobitero. "

"Nuestro primer esquiador, Paquito Fernandez Ochobit del equipo Tramiel's"

"Esperemos que en esta manga tenga mas éxito que en las anteriores ediciones..."



"Nuestro deportista empieza con buen pie..."

"Gana velocidad, y empieza pasando limpiamente las puertas..."





"Sigue pasando las puertas con gran habilidad, 

parece que esta vez si conseguirá clasificarse..."





"Empieza a tener tener problemas...

Es la segunda puerta que derriba..."







"¡Oh no! 

¡¡Se ha vuelto a caer!!"





"Por desgracia la historia se repite una vez mas..."

"No pasara al siguiente descenso..."

"Esto ya se está convirtiendo en una costumbre para nuestro deportista..."




Lo que acabáis de leer es mas o menos la historia de mis partidas con este juego.

Como ya habréis adivinado estamos ante ante un juego de emulación de esquí. En una pantalla completamente blanca que representa un pista de esquí donde nuestro aguerrido deportista empieza su carrera contra el tiempo en pos de calificarse para la siguiente manga. 

Instrucciones del juego

Para calificarse nuestro esquiador deberá pasar por todas las “puertas”, representadas por dos banderas, las cuales suman puntos. La pista está diseñada con mucha mala leche pues en nuestro camino hacia las banderas se interponen árboles y piedras, poniendo al jugador en serios aprietos para alcanzar alguna de ellas. La habilidad con el joystick es fundamental, combinado con un justo reparto de la velocidad, pues nuestro esquiador gana velocidad pulsando el botón de fuego, pero demasiada puede hacer que no pase por alguna de las puertas, o no poder girar a tiempo para esquivar uno de los numeroso obstáculos mencionados anteriormente. Eso sí, todo animado con una alegre todanilla.

¿Quién ha puesto esos arboles en medio de la pista?

La pista parece diseñada por un loco homicida

Pronto abandoné este juego gracias a lo que para mí es su extrema dificultad ya desde la primera carrera. La mayoría del tiempo estaba en suelo, perdiendo en cada caída un tiempo precioso. Los intentos de realizar una carrera “limpia” chocan de bruces de nuevo con el tiempo, pues si tardamos demasiado no nos clasificamos, por lo tanto acaba la partida y debemos empezar de nuevo.

Pantalla de inicio y créditos del juego

Para ser un juego de 1983, es mas que correcto. Los sprites, todos en alta resolución, algo esquemáticos, pero cumplen su misión a la perfección. Todo esto unido a un scroll mas que decente, dan como resultado un juego arcade al mas puro estilo para que el jugador se “pique” y eche otra moneda.

Nunca fui uno de los 'Today's best 5'


Supacatchatroopa! Interpretación “libre” de un Game & Wacth

Tras este nombre casi impronunciable se esconde unos de los juegos mas “rarunos” que he jugado. 

La primera vez que lo cargue el nombre me dejo perplejo, no sabia ni lo que era, pero lo que vino después fue todavía mas extraño.

Una vez cargado, si pulsamos el comando “LIST” en lugar de “RUN” nos encontramos con un listado en ¿Basic? No es muy halagüeño el inicio...


Si ejecutamos el programa, y tras esperar que las consabidas “datas” del programa carguen el “código máquina” nos encontramos con una pantalla de título inmensa en la que se dibuja con los caracteres cuadrados del PETCII el título completo e inteligible del mismo: «ABRACO'S SUPA - CATCHA - TROOPA» 

Nombre casi impronunciable.

En ella se nos da la oportunidad de consultar un par de hojas de instrucciones. Esta instrucciones nos vienen a contar que debemos recoger a las tropas que saltan en paracaídas desde un helicóptero antes de que se los coman los pterodáctilos, debe ser la isla de parque jurásico, o los tiburones. 

Primera página de instrucciones

Segunda página de instrucciones

La pantalla inicial y las instrucciones no se volverán a mostrar una vez empiece el juego.

En la pantalla de juego, siempre la misma a partir de ahora, se nos muestran tres islas, dos a los lados y una en el centro. En la parte superior aparece un helicóptero que lanza paracaidistas, mientras a modo de scroll, unas nubes y el sol se desplazan de derecha a izquierda con diferentes velocidades. Las aves prehistóricas se mueven con un intento de perspectiva, estando al principio mas pequeñas para a continuación hacerse mas grandes, y con garras por delante, intentar capturar alguna desventurada tropa. Por último, debajo de nuestra barca a remos, la aleta de un tiburón deambula intentando comerse a algún paracaidista nadador antes de que llegue a la islas de derecha e izquierda. 

Única pantalla de juego

Recuerdo que la primera vez empecé a jugar sin pulsar fuego, pues la barca se mueve y todos los sprites también dando la sensación de que el juego ha comenzado, pero tras un rato me di cuenta de que los puntos no sumaban y de que cuando un paracaidista era devorado por el tiburón o el pterodáctilo no bajaban las vidas. Supongo que no leí las instrucciones o posiblemente no las entendí, pero tampoco en la propia pantalla aparece ningún mensaje.

Una vez pulsado el botón de disparo, varias veces por cierto, empieza el juego. Con un ensordecedor y constante sonido de las aspas del helicóptero continua la acción, pero esta vez informándonos del nivel en el que nos encontramos. 

Empezamos en el nivel 0.

Como algo original es que nuestra barca dispone de una red para rescatar a los nadadores no recogidos por nuestra barca y así no ser comidos por el tiburón. Esta red es de difícil manejo pues la detección de colisiones deja mucho que desear. 

La mayoría de las veces no consigues rescatar al nadador

Como último apunte sobre la mecánica del juego, me he dado cuenta de que si un pterodáctilo pasa por encima de nuestra barca y hemos rescatado alguien ¡¿se lo lleva?! consigo, haciendo el juego todavía mas complicado.

¿Pensabas que el paracaidista estaba salvado en tu barca?

Pobre paracaidista devorado por el tiburón.

Se trata ni mas ni menos de una  adaptación del juego Parachute de Game & Watch, pero curiosamente, por lo menos a mi, me parece mas entretenido el juego de la maquinita.

Game & Watch en el que se 'inspira' el juego.

Recuerdo que entonces no me gusto y ahora tampoco. Personalmente me parece un juego muy malo, mas propio de un listado en Basic copiado de una revista de la época.


Hasta aquí los recuerdos de esta mi Primera Cinta guardada como un recuerdo un agradable y entrañable, siendo la primera incursión en la manipulación de mi principal formato de carga en el mundo ochobitero hasta la actualidad. Actualmente existen aparatos mas modernos como S2DIEC, Easy Flash 3, etc. Aunque mis compras de nuevo software intento realizarlas en disco, quizás para desquitarme del anhelo que me producía ver las adoradas unidades de disco nunca conseguidas por aquel entonces.

Como último comentario no quiero despedirme sin disculparme por no haber sido constante durante este tiempo, no he cumplido mi propia periodicidad impuesta para la publicación de nuevos artículos. Aunque pueda parecer un tópico, lo es, la vida manda sobre todos nosotros y principalmente debido al trabajo, cansancio repercutido desde el trabajo y “perrez” venida desde ese cansancio a su vez aparecido por el trabajo, no he podido, no he querido, no me apetecía, escribir nada. Espero volver a iniciar una nueva rutina y compaginar con otros proyectos en los que ando metido como Retrokiosco, la programación de un nuevo atentado al C64... Digo... Un nuevo juego y este blog.

Gracias por llegar hasta aquí, y leer esta nueva parida de un señor mayor perdido en sus propios recuerdos. 

DarrO

Enlaces a los juegos comentados:

Kawasaki Rhythm Rocker 

Popeye 

H.E.R.O 

Skier 

Supacatchatroopa 


(1) Crédito de la imagen http://www.computinghistory.org.uk/det/10534/Olivetti-M24/

(2) Crédito de la imagen https://es.wikipedia.org/wiki/Sinclair_ZX_Spectrum

(3) Crédito de la imagen commodorespain






1 comentario:

  1. La primera cinta marca y los juegos quedan grabados a fuego, sean mas o menos buenos. Nuestro criterio estaba nublado por las ansias de jugar ;D

    ResponderEliminar

Los Originales (y 2)

Parte II. Paseos sin sentido por un pueblo maldito. Empezamos la segunda parte de la serie de artículos dedicados a mis primeros originales....