Como mi primer artículo ‘serio’, de hecho este blog no pretende ser serio, solo subjetivo, quiero empezar con Street Fighter, pues tengo una relación muy ‘especial’ con él, muchas sensaciones encontradas, recuerdos a medio borrar y algún que otro conflicto en la paridad de mis emociones con los sus correspondientes recuerdos.
Por cierto, desde ahora SF porque me cuesta horrores escribirlo y seguro que todas las veces escritas serían diferentes.
La primera parte de esta entrada voy a contar la historia de mi primer y único encuentro con el arcade de SF. En próximos artículos te darás cuenta de que la mayoría de mis primeros recuerdos ‘videojueguiles’ empiezan con una máquina, siempre las llamábamos máquinas, o incluso máquinas recreativas, por eso de encontrarse, en algunos casos antros, en las salas así llamadas, recreativos. Aunque esta historia comienza en otros lugares donde también existían estos aparatos, bares, restaurantes, y mesones.
Mi ciudad es Alcalá de Henares, siempre he vivido aquí, considerándome complutense, aunque no nací en Alcalá, pero eso es otra historia… El caso es que en aquella época la mayoría de la gente, salía los Domingos a dar una vuelta por el centro y a tomar algo, lo que vulgarmente se llamaba el vermú, no sé si ahora se hace lo mismo. Las familias paseaban por Plaza de Cervantes, Calle Mayor, Plaza de San Diego y aledaños. Si no has estado en mi ciudad te lo aconsejo, el centro es bonito de pasear. Por aquellos tiempos existía un bar-restaurante llamado Aldonza, sito en la Calle Mayor, al lado del Hospital de Antezana, también llamado ‘el hospitalito’.
Pronto cobró fama, nueva apertura, atención agradable, y lo creo que ayudó mucho a ser conocido en el centro, los Domingos obsequiaban con una tapa la consumición, una cazuelita de paella. Por lo tanto no es de extrañar que pronto alcanzara fama, poniéndose de moda. Muchas familias, entre ellas la mía, acudían a tomar algo antes de comer. El interior era estrecho, haciéndolo aún más, la larga y ancha barra, donde se servían cervezas, vinos, además de las mencionadas tapas de fin de semana. Al final de esta barra una puerta, la cual desembocaba en un comedor, algo pequeño pero muy agradable…
Ya se le está yendo la olla al ‘abuelo’, se pierde en recuerdos que no nos importan, dónde está lo que venía usted a contar… Pues aquí justamente, el final de esta barra describía un semicírculo para morir en la pared. Entre este hueco donde finalizaba y la medianería con la sala del restaurante, había una máquina ¡Por fin! Tantas vueltas para contar que al final de la barra de un bar existía un arcade ¿Cómo en muchos de los bares de entonces? ¡Qué novedad!
A principio no me percaté del artefacto, en esa época siempre estaba muy atento a este tipo de cosas, de hecho tenía en mi cabeza un preciso mapa de cada una de las máquinas de todos los locales de mi barrio y prácticamente de todo el centro. Cuando me acerqué, no me llamó mucho la atención, era un cajón estándar, negro, con la parte superior iluminada, no recuerdo la marca. Quizás si me llamó la atención que parecía mas alto de lo normal, pero tampoco es una apreciación muy fiable. Yo era un niño, todos me parecían altos, ahora también, no se puede decir que sea un Tachenko, además toda esta historia no es muy fiable, escribo de memoria. Pues allí estábamos delante de una nueva ‘víctima’ esperando a ser probada, clasificada y archivada. Leñes, ahora que lo pienso parecía un terminator dispuesto a ‘despachar’ a su siguiente objetivo. Pero sigamos con el ‘análisis’, otra de las cosas que me llamo mucho mi atención fue que la marquesina donde iba alojado el joystick, por cierto sin bola, era metálica, brillaba como si fuera de aluminio. Otra curiosidad es que sólo poseía un botón, un botón grande, mas grande de los que estaba acostumbrado a ver. Aquí quiero realizar un inciso, yo recuerdo un sólo botón, pero buscando en el ‘Oráculo’ imágenes de la máquina original de SF, he visto que tenía dos botones, dos grandes botones. Ya sabéis, la memoria es frágil, se fragmenta, se recombina y por desgracia, muchas veces se pierde...
Pues allí estábamos picados por la curiosidad, cómo no, había que inspeccionar la ‘demo’ que nos ofrecía el juego para solicitar nuestro dinero. Pero si os soy sincero solo recuerdo el logo de SF, un tío rubio rompiendo una pared con una pintada grafitera de CAPCOM… Poco más. A si que haya vamos, introducimos en la ranura mis cinco duretes, seguramente de esa exigua ‘paga’ de los Domingos. El resultado: Fulminados en menos que canta un gallo. Fui despachado sin piedad en dos rounds sin dar un puñetero golpe al contrincante. Recuerdo aporrear el gran botón, pero mi luchador seguía encajando uno tras otro los hábiles golpes de una especie de monje shaolin.
Me despedí de la máquina completamente frustrado, pensando que estaba rota y que me habían timado mis preciosos cinco duros.
Como se puede apreciar, mis comienzos con los llamados ‘beatemups’ no fueron muy alegres, ni agradables. Desde ese momento creo que le cogí cierta tirria a los juegos de este tipo, por supuesto que he intentado otros como SFII, pero siempre con resultados desastrosos. Imagínate, con uno o dos botones fundido en un tiempo récord, pues con seis… El resultado era esperable. Nunca he sido un genio de los juegos, de ninguno, muy pocas máquinas he llegado a dominar, creo que puedo contarlas con los dedos de una mano y probablemente me sobren dos ellos.
Por supuesto en otras ocasiones volvimos a ese local, algunas veces me acerque para comprobar si seguía siendo el mismo, pero pronto fue sustituida por una máquina tragaperras, ¿tal vez no fui el único estafado? Por aquel entonces tenía la teoría, quizás un poco conspiranóica, de que si instalaban una máquina de premio en lugar del arcade, nunca mas volvía aparecer de nuevo una recreativa. Una pena, supongo que a la larga eran mas rentables...
Una vez desaparecida del local también fue borrada inmediatamente de mi particular base de datos cerebral, y como he escrito un poco mas arriba, nunca mas me encontré con este juego en su formato arcade, pero si en formato casero. Esto nos lleva hasta al segundo capítulo de esta relación odio/odio, con este juego.
Como sabréis por anteriores capítulos de Terrfic64, bueno solo hay uno anterior, mi referencia en esos tiempos ‘ochobiteros’ era la revista Micromanía. Hablamos de la famosa ‘sabana’, concretamente el número en que aparecía Aspar, nada menos que el número cinco. Si la revista de la primera época me encantaba, ésta me entusiasmaba más aún, había bajado de precio, siendo mas grande, con un formato interior completamente renovado, casi no podía pedir mas… Bueno si, mas juegos de C64. Tenía la sensación de que se mostraban muchos mas juegos de Spectrum, Amstrad, MSX, que de Commodore. Ahora se me antoja muy subjetivo, deberé revisitar de nuevo las micromanías de la segunda época. Pues he de reconocer que releyendo los números de la primera época, me he dado cuenta de que hay mucho mas de C64 de lo que recordaba. Haciendo un poco de publicidad, en el Fanzine de Explora Commodore numero 4, comento un poquito sobre ello, de como la memoria puede ser muy selectiva dependiendo de la situación en la que te encuentres.
Vamos a centrarnos un poco, como de costumbre me pierdo. Entre brumas cerebrales, recuerdo el articulo del SF, recuerdo que me llamó poderosamente la atención los grandes gráficos de las capturas, la definición de los sprites. Me dije a mi mismo, si eso lo puede hacer un Spectrum, el Commodore seguro que al menos puede igualarlo o incluso superarlo. Reconozco tener este pensamiento recurrente cada vez que leía la revista y un juego de Spectrum me gustaba. Voy a matizar este último pensamiento. Pensad en aquellos tiempos, yo no sabía prácticamente nada de la tripas de ninguno de los ordenadores de la época. Los entendía como diferentes modelos, pero siempre supuse a Commodore y Amstrad como superiores al Spectrum, y por tanto podían igualarlo o superarlo. Que no se me enfaden los sprectruneros, es la opinión de un pre adolescente entonces, que tenía la sensación de que su revista favorita daba de lado a su querido cacharro.
Voy a confesar, me he leído de nuevo el artículo de este juego, porque como he mencionado, eran un cúmulo de sensaciones contradictorias, y así he podido acceder a esos recuerdos recónditos de mi exigua memoria de 64K.
Entiendo por qué me llamo tanto la atención, si has leído mi entrada anterior menciono un tipo de articulo de la revista, Patas Arriba. Pues bien, efectivamente este es un ejemplo típico. Solo voy a copiar el principio del mismo: “Nacer en una cloaca no es agradable ni tan siquiera para una rata, y el Bronx, el lugar donde vine al mundo deja bastante que desear al lado de una cloaca.[...]”
Junto con este principio, en el centro de las dos páginas, la carátula del juego, donde se representa la típica escena ochentera de peleas de bandas. Tiene todos los tópicos, chupas de cuero con cadenas, tachuelas, bandas de tela rodeando cabezas, un punkie, palos, un callejón oscuro y sucio… Sabes que va haber leñazos por doquier, y nuestro protagonista, al cual vemos de espaldas a nosotros en actitud de lucha, va impartir ‘justicia’, limpiando el barrio de maleantes.
Tras esta introducción, cómo no te van a entrar ganas de jugar inmediatamente. Algunos os preguntaréis, ¿cómo es que no te acordaste de tu mala experiencia con el arcade? Buena pregunta, no recuerdo, recordar acordarme. Vaya redundancia de señor perdido en sus propios recuerdos.
Al poco cayó en mis manos, sabía que era una buena compra, me guiaba el ‘fidedigno’ artículo de mi revista favorita.
Cuando miro la carátula no puedo dejar de pensar en Van Damme o Charles Bronson. |
Sin mas preámbulos, sacamos la cinta, la introducimos en el reproductor, Shift + Run Stop, ‘press play on tape’, pulsamos play, y el relajante sonido del motor del Datacasette comienza.
Como buen ‘ochobitero’, ¿qué haces mientras esperas a que tu nuevo juego cargue? Pues ojeas las instrucciones. Leemos como empieza la ‘historia’ del juego: “En este juego tienes el papel de Street Fighter, que viaja por el mundo a fin de poner tu destreza frente adversarios de diferentes nacionalidades.[...]”. A mi entender la descripción de la Micromaía molaba bastante mas, aunque luego casi explica lo mismo, pero ha conseguido engancharte desde al minuto cero, devorando todo el texto, capturas de pantalla, y lo mejor de todo, no sé si adrede, te lo ha vendido.
Sigues ojeando las instrucciones de la cinta, las lineas multicolor en la tele comienzan. Pasas la vista sin interés en los controles de Spectrum y Amstrad, pero te quedas con los que te interesan CBM 64/128: “Usar puerta núm 1 para el jugador 1…”, benditas traducciones, ahora me hacen sonreír, entonces me indignaba. ¡En mi C64 pone port! ¡Qué falta de seriedad!. La primera cosa me llama la atención, los controles están diferenciados por versiones, USA y UK. La verdad no entendí mucho eso. De repente el gráfico de la portada aparece en el televisor.
Pantalla de carga, tampoco está tal mal... |
La verdad no se parecía en nada a la de la carátula de la cinta, a esto creo que estábamos todos acostumbrados. Ahora reconozco que si se parece a la portada del arcade. En mi opinión no es de las mejores, pero tampoco es una birria. Siempre se agradecía una pantalla de carga, sobre todo si cargabas de cintas, como en mi caso. Otro plus, con el que siempre intentabas asombrar a vecinos y familiares, eran las músicas de los cargadores. En este caso no había música.
Seguimos leyendo:”F1: multicarga on/off.” ¡Oh, no! ¡Un multicarga! Una palabra temida para los ‘cintistas’, me acabo de inventar este palabro para denominar a los sufridores de las cargas desde cinta, como en mi caso.
La primera decepción, pero tampoco tan grave, puedo soportarlo si el juego me gusta. Me engañaba mentalmente. Seguimos con la lectura, instrucciones de carga, tampoco le prestaba atención, en mi caso siempre era igual ‘SHIFT + RUN/STOP’, esto creo que lo he escrito antes…. Siguiente cosa que me llamó mucho la atención. Al final de las instrucciones de carga del CBM:”La versión USA en la cara 1. La versión UK en la cara 2”. Vuelvo a reconocer que esta frase me confundió bastante, estaba acostumbrado a que los juegos tenían la misma versión del juego por ambas caras, pero esto era una novedad. En esas tribulaciones andaba cuando la música del juego llama mi atención.
La pantalla inicial, sobria, poco menos que el título, tres opciones y poco mas. |
Pulsamos el botón del joystick y aparece esto:
Mi 'amigo' Retsu retorna a mi vida 'ochobitera'. |
Por un momento me sentí confuso. Los muñecos que salen en ambos lados parecen los sprites que dibujo con Basic y luego a través de los pokes mágicos se hacen mas grandes. En este punto en mi cerebro saltaron todas las alarmas. De nuevo pulso el botón del joystick y empieza la acción. He de reconocer que los fondos del juego no son detestables, a mi modo de entender son correctos, pero qué pasa con los luchadores. Pasa que son un amasijo de píxeles enormes. Cuando andan todavía se intuyen que son personajes, pero cuando empiezan los supuestos movimientos de lucha, el drama aparece. En algunas ocasiones, como en los saltos, o el sprite/s de vencido se convierte en un confuso amasijo inconexo de colores, cuadrados, y vaya usted a saber que hay dentro de eso. Dónde está esa maravillosa definición que he visto en la revista. Creo que en ese momento hubiera perdonado hasta que hubiera sido en monocromo, como en la versión de Spectrum.
Las decepciones no acaban aquí. Aunque he mencionado que los fondos son en mi opinión correctos, tienen el problema de que el algunos casos, como en el de Japón, se confunden con los personajes creando una especie de superposición de colores que hacen confundir a los luchadores con el propio fondo… Mención a parte esquivar o localizar las estrellas ninja que te lanza Geki.
Por lo menos podríamos salvarlo porque jugar es divertido… No, no lo es. El inicio del juego era frustrante, no podía pasar del primer enemigo, mi ‘queridísimo’ monje del arcade, Retsu. Recuerdo la desesperación, sentimientos encontrados entre la decepción de sentirme engañado y lo torpe que era, soy, manejando el joystick. Hasta que descubrí un ‘truco’, o bueno eso creía yo. Si conseguías arrinconarlo y darle puntapiés constantemente lograbas vencerlo, o quizás era agachándote y soltándole puñetazos en sus partes. He puesto puntapiés porque es lo que pone en las instrucciones, yo lo considero patadón jotero con la pierna estirada, muy poco elegante si suponemos a nuestro protagonista un experto en artes marciales. Con esta ‘técnica’ conseguí pasar rápidamente, sin pena ni gloria, por los escenarios de USA e Inglaterra, llegando a China, pero aquí las cosas cambiaban. En los anteriores escenarios con mi técnica ‘patadón-puñetazo-trapero’ pude alzarme con la victoria solo con el esfuerzo de machacar rápidamente el botón del joystick contra un atrapado contrincante. Pero en China, los adversarios alcanzaban cotas de dificultad inhumanas, por lo menos para mi. El señor Lee casi era imposible de vencer, saltando cual cabra mientras soltaba a diestro y siniestro patadas. Si te despistabas lo mas mínimo, recibías un buen sopapo en todo el colodrillo.
Para superarlo, lo que hacía, era intentar darle un golpe o dos para que mi energía fuera superior a suya y aguantar protegiéndome hasta agotar el tiempo. Con esta técnica ruin vencí un par de veces, pero con el siguiente tipo, Gen, la cosa no funcionó, a si que de éste no pasé nunca.
Algunos pensaréis, pues para no gustarte, le diste bastante… Si, reconozco que le di bastante. Tenía escasez de juegos, y una vez que estaba cargado había que aprovechar. Aunque el ‘truco’ fue descubierto muy pronto, llegaba mas o menos fácilmente al país de Confucio, pero solo para ver como mis créditos, el juego te daba tres creo, bajaban irremediablemente ante Lee o Gen. Después de recibir una vergonzosa derrota, había que rebobinar la cinta para cargar el primer escenario, la cosa se me hacía muy pesada, pero lo seguía intentando.
Otros me dirán, ¿no le metiste un cargador de la Micromanía? He estado repasando mis cintas de cargadores de juegos, no encontrando ninguno. Quizás se publico alguno en la revista pero no me dio por teclearlo. ¿Tal vez por estos últimos frustrantes recuerdos?
No quiero acabar esta ‘critica’ sin realizar dos menciones especiales. La primera sobre Birdie, el punkie de UK.
Los gráficos de los luchadores son dramáticos, pero con Birdie alcanza cotas de surrealismo extremas. |
Es uno de los luchadores mas altos del juego junto con Sagat. Pero si con este gráfico querían conseguir que te asustaras, creo que lo consiguen, siendo uno de los gráficos en mi opinión mas desastrosos del juego.
Como segunda gran mención quiero comentar el final de cada combate. Se supone que el luchador vencido aparece soltando una frase. Para muestra un botón:
Este gráfico siempre me recordó a un señor en bata. |
A parte de que siempre dicen lo mismo, o las frases diferentes eran en el SFII… Cómo construyeron el gráfico, volviendo a escalar el sprite con el modo expandido del VIC-II. En algunos personajes alcanza unas altas cotas de surrealismo...
El gráfico de Birdie expandido todavía se ve peor. |
Pero aún esto no ha terminado… Recordemos que en las instrucciones aparecía escrito que existían dos versiones del juego, una por cada cara de la cinta. Pues bien, efectivamente un día revisionando mis cintas para ver a qué jugábamos esa tarde, me dio de nuevo por el SF, y volví a caer en la cuenta de la leyenda de las instrucciones. A si que ni corto ni perezoso, rebobine la cinta para cargar la cara 2 o B. No voy a escribir lo mismo de antes porque se me acusará de repetirme mas que las sopas de ajo, con razón. La carga comienza, la pantalla de carga es la misma, termina la carga, empieza el juego. ¿Es el mismo? Me pregunte, ¿serán los textos que están en ‘yankie’? Qué inocente era.
Este recuerdo me ha atormentado cuando hace un unos de días empecé a pensar en esta entrada. Por lo tanto para satisfacer mi curiosidad, y dejar de pensar mi senectud, volví a cargar mi juego original en mi C64. Primero la cara 1, a continuación la cara 2. ¡Sorpresa! Son el mismo juego, no varía ni un píxel.
Hace tiempo me enteré que existían dos versiones del SF como efectivamente se menciona en las instrucciones del juego. Por desgracia la versión grabada en mi cinta es la UK, que lo siento, pero la considero malísima, mas si la comparamos con la versión USA.
Esta pared es la del arcade, ¿no? |
Vale, también tiene opciones pero al menos tiene como titulo el logo de la 'franquicia'. |
Es posible que alguien opine que esta versión es menos ‘fiel’ al arcade original, pero muchas veces no hace falta ser fidedigno al mismo. Se puede realizar una ‘interpretación’ del juego creando uno mucho mas inspirado, divertido, como es el caso de la versión USA. Además los gráficos me parecen muy ‘kawaii’, mas parecidos a Yie Ar Kung-Fu, consiguiendo parecer un juego de NES.
Como conclusiones finales debo decir que este juego produce en mi unas sensaciones de decepción y frustración a partes iguales. Nunca le he perdonado esos gráficos 'superladrillo'. De acuerdo que el modo del C64 en multicolor tiende a eso, pero en algunos momentos me recuerda a los sprites programados por mi mismo en Basic.
Aquí os dejo el link para jugar al juego preservado. Daros una vueltecilla por la página de los chicos de INDicereto están haciendo una labor encomiable para dejar a futuras generaciones lo que ya consideramos historia del videojuego, quizás prehistórica para algunos y algunas, pero historia al fin y al cabo.
Hay que saber de donde se viene para saber a donde se va.
Como penúltima petición, me gustaría comparar versiones originales de este juego. Si alguien tiene la versión de ERBE aparecida en España que me comente si está en la misma tesitura. Se mencionan dos versiones, pero mi cinta solo existe una.
“Acabo de repasar la entrada, vaya paliza que te he dado amigo 'ochobitero'. Si has llegado hasta aquí mis mas sincera enhorabuena y gracias por leerlo entero. Espero que al menos te haya entretenido”
DarrO